sábado, 27 de octubre de 2012

El tiempo en la República Checa

La República Checa es un estado de Europa continental que se encuentra situado en latitudes templadas en el hemisferio norte. El clima de la República Checa se puede decir que es suave, aunque al mismo tiempo registra diferencias locales y según las estaciones.
 
El clima de las diferentes regiones de la República Checa se diferencia contundentemente; la causa principal de esta oscilación es la altura sobre el nivel del mar. Podemos decir, en general, que la temperatura del aire, a mayor altitud, va bajando y las precipitaciones se hacen más frecuentes. También tienen importancia una serie ulterior de factores -por ejemplo, en los territorios montañosos de las fronteras, influyen en el clima las corrientes de aire de baja altura y la presencia de precipitaciones. 
 
Las variaciones de altura del Sol a lo largo del año provocan el sucederse de las estaciones, cuyas diferencias más conspicuas son los cambios de temperatura y del índice de precipitaciones. Lo mismo que en toda la zona templada norte, en la República Checa se da a comienzos de año un invierno frío . Después de la primavera llega un verano caluroso siguiéndole un otoño húmedo. El ciclo de las estaciones del año tiene una importancia primordial sobre todo para la vegetación.
 
El tiempo que hace en un momento determinado puede diferenciarse mucho de los promedios generales. Esta variabilidad está causada sobre todo por la situación cambiante e intensidad de los dos principales centros de presión atmosférica del continente: la baja presión en Islandia y la alta presión en las Azores. En la mitad cálida del año, las altas presiones traen un clima caluroso y seco, en cambio, la influencia de las mínimas islandesas causa nubosidad y precipitaciones.
 
Así que es posible decir que el clima de la República Checa es suave, aunque al mismo tiempo variado según la situación y las estaciones. Aparte de eso, el tiempo que puede hacer cada día siempre puede sorprendernos.
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Variabilidad del clima en la República Checa
 
Entre los factores climáticos más importantes se encuentra la latitud, la altura sobre el nivel del mar y la distancia respecto del mar. Las diferencias en la latitud son despreciadas en la República Checa, sólo hay un ángulo de 2,5 grados entre el punto más septentrional del país y el más meridional. Así que los factores que influyen en los cambios climáticos que se pueden observar en la República Checa dependen de la altitud del terreno, que es lo que realmente hace que existen diferentes microclimas.
 
La temperatura media del aire depende fuertemente de la altitud sobre el nivel del mar. Mientras que en el pico más alto del país, el Sněžka (1602 m) alcanza sólo los 0,4 °C, en las tierras bajas de la zona sudoeste de Moravia llega a casi los 10 °C . Una de las temperaturas medias más altas se registra en Praga, a causa del calentamiento que supone el microclima de la ciudad, que se conoce como la "isla caliente".
 
El índice de precipitaciones depende también de la altura sobre el nivel del mar. El lugar más lluvioso de la República Checa hay que buscarlo en las montañas más altas con pendientes suaves en el noroeste. La suma total de las precipitaciones sobrepasa aquí los 1200mm. Y al revés, la zona más seca de la República Checa es, además de las tierras bajas del sudeste de Moravia, la zona noroeste de Bohemia, que hace sombra de los Montes de Hierro (Krušné), que están precisamente hacia latitud norte-oeste.
 
Carácter de las estaciones
Entre los meses de invierno están diciembre, enero y febrero. El más frío es enero, cuando incluso en las tierras bajas se llega a temperaturas bajo cero. Si se dan en invierno precipitaciones, en las montañas son de nieve; en las tierras bajas a veces nieva y a veces nieva. A grandes alturas, permanece durante todo el invierno, por regla general, una capa de nieve que cubre las montañas y que aprovechan los amantes de los deportes invernales. La nieve puede también permanecer largo tiempo en las tierras bajas, aunque lo normal es que los inviernos sean aquí "cenagosos".
 
Durante marzo, abril y mayo se produce un repentino aumento de las temperaturas. Podemos hacernos una idea del carácter de cada mes según el refrán checo que dice más o menos: marzo, del fuego no me aparto; abril, echo más leña en la chimenea; mayo, vamos al campo. Más o menos hacia la mitad de la primavera desaparece la nieve de las más altas montañas checas, momento en el que se da un crecimiento exuberante de la vegetación, típico de esta estación. A consecuencia del deshielo, los ríos aumentan su caudal. Y con todos estos acontecimientos están relacionadas toda una serie de tradiciones checas populares.
 
Para los amantes del tiempo caluroso, el mejor mes para visitar la República Checa es julio, cuando las temperaturas medias superan en casi 20 °C las de enero. La temperatura diurna más alta puede pasar los 30 °C. Son días para pasarlos en la piscina o bañándose en el río o en los embalses, cuando la temperatura de las aguas sube también. Otra posibilidad de escapar al bochorno del estío es irse a las montañas, donde las temperaturas diurnas medias superan en muy poco los 10 °C. Los meses más cálidos son, no obstante, los más húmedos, porque el aire caliente trae mayor humedad a la República Checa.
 
El primer mes otoñal es septiembre, que es todavía bastante cálido pero más seco que los precedentes. Hay unos días en septiembre de buen tiempo, como un veranillo de San Miguel, que en checo se dice “babí léto”. Lo más normal es que a principios de octubre se de un descenso de las temperaturas diurnas por debajo de los 10 °C, con lo que las hojas de los árboles empiezan a amarillear y a caer -por otra parte, el mes de noviembre en checo significa literalmente el mes en que "caen las hojas": listopad ("list", hoja; "padat", caer). Es ahora cuando se empiezan a dar las primeras heladas, que anuncian el paso hacia el invierno.
 

Enlaces: Ceského hydrometeorologického ústavu (Departamento hidrometeorológico checo.

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