Franz Kafka (1883–1924), escritor checo que escribía en alemán y autor de las novelas El proceso y El castillo, figura entre las personalidades más relevantes de la literatura mundial del siglo XX.
El centro de su mundo literario y real era Praga, una ciudad llena de misterios y mitos, deslumbrante por su magia y su arquitectura decorativa. En sus novelas y cuentos, Kafka no nombra los lugares que describe, salvo en contadas ocasiones. Sin embargo, Praga destaca en sus páginas como una ciudad imaginaria omnipresente, llena de metáforas y alegorías. Rememoremos este año el 130º aniversario del nacimiento de Kafka con un recorrido, tras las huellas del famoso escritor, por el laberinto de calles del casco histórico y los rincones pintorescos donde Kafka vivió y escribió.
La Ciudad Vieja y la Plaza de la Ciudad Vieja
Kafka pasó la mayor parte de su corta vida en la Ciudad Vieja de Praga. Su casa natal, U věže (junto a la torre), fue levantada en la esquina de las calles Maiselova y Kaprova. Tras la renovación de Praga, en las postrimerías de los siglos XIX y XX, quedó únicamente el portal de piedra original, al que ahora hace alusión solo una placa conmemorativa.
Debido a que los Kafka se mudaban con frecuencia y a pesar de que lo hacían solo a unas pocas casas de distancia, las huellas de Franz Kafka pueden encontrarse casi a cada paso en la Ciudad Vieja, principalmente en los alrededores de la Plaza de la Ciudad Vieja. Por ejemplo, en los años 1889-1896, los Kafka vivían en la encantadoraCasa del Minuto, casa con una bella decoración esgrafiada, muy cerca del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. El futuro escritor vivía solo a un pasito del instituto alemán, en el actual Palacio de los Kinsky. Su padre, Hermann Kafka, tenía una mercería en la planta baja del mismo edificio. El palacio alberga hoy la Galería Nacional; se puede visitar también la librería de Kafka.
La sociedad Franz Kafka, dedicada a la vida y obra del escritor, le puede ayudar a buscar otros lugares de la Praga kafkiana y real, incluyendo una librería que se encuentra cerca de la calle Široká, entre la estrecha calle Maiselova y la lujosa avenida de París. La librería se encuentra casi al lado de la Sinagoga de Maisel, a la vista de la Sinagoga Vieja-Nueva y la Sinagoga Alta. Otra sugerencia visible es el monumento entre la iglesia del Espíritu Santo y laSinagoga Española, en la calle Dušní, donde se encontraba la escuela que frecuentaba Kafka.
Tras las huellas de Kafka en el museo y el castillo
En las obras del famoso escritor revive no solamente el antiguo gueto de Praga, sino también el barrio Malá Strana, el Castillo de Praga y otros lugares. El museo Franz Kafka lo familiarizará a usted hasta el más mínimo detalle con el mundo de Kafka y su ciudad natal. La extraordinaria exposición surgió, después delDublín del irlandés James Joyce y de la Lisboa del portugués Fernando Pessoa, como la tercera de una serie de exposiciones de ciudades de escritores del mundo. De 2002 a 2003 se realizó en el Museo Judío de Nueva York, y, desde 2005, se encuentra en la fábrica de ladrillos de Herrete de Mala Storani, solo a unos pasos del Puente d e Carlos. El museo lo integra una tienda con una oferta completa de la obra de Kafka y libros biográficos.
Las rutas de los amantes de las novelas de Kafka, a menudo dirigen también al Castillo de Praga. A pesar de que se afirma que uno de los lugares donde vivió y trabajó el escritor es la diminuta casa n º 22 del Callejón de Oro (Zlatá ulička), esta información pertenece al mundo de las leyendas. La casa pertenecía a su hermana, y Kafka la utilizaba en ocasiones como refugio del ajetreado centro de la ciudad, donde no podía concentrarse en la escritura. Las historias de esta época se publicaron más tarde bajo el título Un médico rural, pero, al parecer, Kafka nunca vivió aquí.
En 1917, el escritor enfermó de tuberculosis pulmonar, y pasó los últimos años de su vida mayormente en casas de convalecencia e instituciones médicas, tanto en la República Checa como en el extranjero. Murió en un sanatorio de Austria, en Kierling, cerca de Klosterneuburgo. Sus restos mortales descansan en un panteón familiar del Nuevo Cementerio Judío de Praga-Strašnice.
Además, Google ha dedicado hoy su Doodle a este acontecimiento.
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